Cirugía refractiva láser

Cirugía refractiva láser
Con las técnicas de cirugía refractiva se eliminan o reducen los defectos de graduación (miopía, hipermetropía y astigmatismo) con el objetivo de conseguir una buena visión sin necesidad de utilizar gafas o lentillas. Para el tratamiento quirúrgico de estas alteraciones existen diversas opciones técnicas. Estas variarán en función de factores como la edad del paciente, las dioptrías a corregir, la agudeza visual y el estado del cristalino.
LASIK
La técnica más conocida y utilizada para corregir los defectos de refracción es el LASIK (láser in situ keratomileusis), para la que se utiliza el láser excímer. La primera vez que se usó este láser para la corrección de la miopía fue en 1987. Desde entonces se han realizado con éxito miles de intervenciones en todo el mundo. Aunque, como todo acto quirúrgico, no está exento de posibles complicaciones, estas son raras. Esto hace que sea una técnica muy precisa y segura.

En los años transcurridos desde su introducción, los constantes avances tecnológicos han hecho que un procedimiento, ya seguro y eficaz, sea aún más seguro y más efectivo y previsible. Estos mismos avances también han hecho que el LASIK sea una opción de tratamiento apta para más personas, hasta el punto de que muchos pacientes que podrían haber sido rechazados como candidatos inadecuados para la corrección de la visión láser hace años, ahora pueden beneficiarse de esta técnica.
Con esta técnica se pueden obtener buenos resultados en casos de miopía entre 1 y 12 dioptrías, de hipermetropía entre 1 y 5 dioptrías y de astigmatismo entre 1 y 6 dioptrías. Además, dependiendo del defecto de graduación que presenta cada paciente y de las características de los ojos, permite personalizar el tratamiento. De este modo se hace un escaneo de la córnea y se moldea de forma homogénea. También se evitan así las irregularidades que pueden aparecer con otros tipos de láser. Todo esto contribuye a obtener una mejor calidad visual final para nuestros pacientes. Esta intervención se realiza en pocos minutos. Además, dado que la recuperación visual es muy rápida, el paciente puede reincorporarse a sus actividades cotidianas en 24-48 horas.

Aspectos importantes a tener en cuenta antes de la intervención.
Se puede operar a cualquier persona mayor de 18 años que tenga miopía, hipermetropía y/o astigmatismo que no haya variado significativamente, al menos, durante el último año. Este aspecto es importante, ya que lo que se pretende con la cirugía es eliminar el defecto refractivo existente en ese momento, pero no actúa sobre su evolución. Antes de la operación es básico realizar una buena exploración de todas las estructuras oculares.
De esta forma se busca descartar que haya alguna alteración que contraindique la intervención o aumente el riesgo de la misma. No es aconsejable la intervención en personas con patologías oculares importantes, tales como determinadas alteraciones de la córnea, cataratas o procesos inflamatorios intraoculares. Durante el embarazo, debido a que se pueden producir cambios de la graduación, tampoco es aconsejable la intervención.
Los pacientes portadores de lentes de contacto blandas deben interrumpir su uso una semana antes de realizar el estudio preoperatorio. Este período de tiempo aumenta a 15 días si se trata de lentes de contacto rígidas. Antes de la cirugía basta con estar 3 o 4 días sin ellas.
PRK
¿Cómo se hace la PRK?
La técnica se realiza con anestesia tópica (gotas). Antes de accionar el láser debe tratarse la capa más externa de células de la córnea, el epitelio, utilizando una solución alcohólica diluida.
Luego se lleva a cabo el tratamiento con láser excímer para remodelar la córnea. El láser se acciona sólo durante unos segundos, al igual que en la técnica LASIK. Esta remodelación es personalizada y predeterminada para cada ojo y se calcula cuidadosamente mediante medidas tomadas en la visita preoperatoria.
Tras el tratamiento con láser excímer, el cirujano coloca una lente de contacto terapéutica sin corrección óptica en el ojo. Estas lentes de contacto especiales tienen la función de proteger el ojo y evitar que el paciente tenga dolor mientras las células epiteliales o superficiales de la córnea se regeneran y la superficie ocular se recupera de la intervención.
Normalmente la lente de contacto se retira en la consulta a los cinco días de la intervención.

¿Quién puede ser buen candidato para la técnica PRK?
El candidato ideal para la cirugía ocular PRK es una persona sana, con expectativas realistas de los resultados, y con un error de refracción estable durante al menos un año. La PRK se recomienda principalmente para los pacientes que tienen córneas delgadas, que presentan irregularidades en el estudio de la topografía corneal (por ejemplo, astigmatismo irregular) o que tienen profesiones en las que no se acepta el lasik como técnica para la corrección de su defecto refractivo.
Los pacientes que padecen determinadas enfermedades generales como la diabetes o enfermedades reumáticas, aquellos que se encuentran en tratamiento con cortisona o fármacos inmunosupresores o que presentan enfermedades oculares como el queratocono o glaucoma pueden no ser buenos candidatos para PRK.
¿Cuáles son las posibles complicaciones de la PRK?
Aunque es una técnica quirúrgica muy segura, la PRK no está exenta de riesgos, entre los cuales se encuentran:
- Infección de la córnea: es muy poco frecuente, pero puede ser muy grave, como cualquier infección que ocurra después de una intervención sobre el ojo. Para reducir el riesgo es muy importante seguir el tratamiento postoperatorio indicado por el médico oftalmólogo.
- Haze o neblina en la córnea: se trata de una cicatriz corneal en la zona tratada por el láser. Puede ser desde asintomática hasta implicar visión borrosa u opacidad corneal y afectar a determinadas zonas del campo visual.
- Ojo seco o dolor ocular crónico: puede deberse a que tanto la calidad como la cantidad de la lágrima de los ojos no son las adecuadas. Al no tener una adecuada lubricación, el ojo presenta molestias que, en los casos más graves, pueden llegar a ser dolorosas. Normalmente, este problema suele mejorar con la instilación de lágrimas artificiales para mejorar su lubricación.
- Aberraciones visuales: este término incluye una serie de problemas visuales que pueden aparecer después de cualquier operación que afecte a los ojos. Estas alteraciones se pueden manifestar como una disminución de sensibilidad al contraste, percepción de halos en torno a las luces y deslumbramiento, sobre todo por la noche.
Espacio con medidas anti covid-19
MEDIDAS adoptadas por el Instituto Oftalmológico de Cataluña por una mayor seguridad frente al Coronavirus (COVID-19) durante las visitas en nuestro centro:
- Teniendo unas espaciosas salas de espera, hemos reducido el número de visitas y aumentado la distancias entre las sillas a la sala de espera, para mantener la distancia de seguridad.
- Para reducir la coincidencia temporal con otros pacientes se solicita máxima puntualidad.
- Solo se permite 1 acompañante por paciente.
- Pacientes y acompañantes tendrán que llevar mascarilla y se tienen que desinfectar las manos con solución hidroalcohólica a la llegada y salida de la clínica.
- Excepto en el caso de menores de edad o dependientes, a la consulta solo puede pasar la persona que se visita.
- En los despachos extreman las medidas de higiene realizando desinfección de superficies e instrumental entre cada visita, así como varias veces en el día a las salas de espera.